5 breves y puntuales consejos para tener calls saludables

5 breves y puntuales consejos para tener calls saludables

Apagá tu maldito micrófono

Si no estás hablando (y para algunas personas inclusive cuando sí) entonces poné tu micrófono en mute. Es más cómodo dejarlo abierto, pero para vos, porque todos los sonidos que entran a tu micrófono (tu perro, respiración, teclado, las voces en tu cabeza) reducen el sonido de quien está hablando para todos los participantes de la conferencia, haciendo que suenen entre cortados o muy bajos.

¿Por qué sucede esto? Porque automáticamente le da prioridad a quien está haciendo algún sonido, entonces alterna entre vos y quien realmente necesita comunicarse porque no está entendiendo quién importa más. Entonces, para evitar eso, ponelo en mute cuando no hables, dale.

Apaga tu maldita cámara

O la usás bien o mejor ni la prendas. Los objetivos principales de mostrarte a los demás son que se complemente lo que estás diciendo con tu lenguaje corporal, demostrar toda la atención que estás poniendo en lo que los demás dicen, humanizar un poco el medio y el corte de pelo que te hiciste durante la cuarentena. Si vas a estar mostrando tu frente, comiendo o tu silla vacía, mejor ni nos hagas invertir ancho de banda, por favor.

No te escapes de Internet

Y te escondas en el rincón de tu casa donde la pobre conexión tiene que esquivar cuatro paredes, un gato, la silla de ruedas de la abuela, al amante de tu mujer que está escondido desde que empezó al cuarentena, dar dos vueltas, seguir derecho, chocar con pared y ahí a la izquierda lo encuentra, joven.

Siempre cerca del origen de la señal, por favor, para que te veas y escuches igual de feo que en la realidad.

La minuta es tu mejor amiga

Hacé una minuta y enviala por correo para que todos los participantes se hagan cargo de lo acordado durante la llamada, que nadie se haga después el boludo diciendo que entendió otra cosa o que nadie dijo eso. Esta es EL ARMA por excelencia de los calls, no la dejes pasar y que se vuelva tu mejor amiga.

De 9 a 6

El gran mal de las llamadas es que pueden suceder en cualquier momento y lugar. Hasta arriba de un avión. Dí no a las que están fuera de tu horario laboral, más a las que intentan colarse en tu fin de semana y, por todos los cielos, aquellas que osan interrumpir tu quinta cubaby en Kool Beach.

Como todo en la vida los horarios son un tema de costumbre, si sabés que alguien no te va a contestar a las 6:01 PM, entonces luego del segundo intento ya no lo hacés más. Y es una sana costumbre, de lo contrario no vas a poder estar ni dos horas viendo tranquilo una película porque estás con la idea de que en cualquier momento te suena el teléfono. Una porquería.