Los sonidos del DF

Los sonidos del DF

La Ciudad de México, Distrito Federal, DF o el DFectuoso. Una ciudad que todo lo tiene. Una ciudad que despierta temprano y se duerme tarde, porque no te dejan dormir.

9:00 AM

Bocinas, es hora pico, bah, todas las horas son hora pico. Hace poco volvió un mexicano de Buenos Aires y me dijo que «no había tráfico». Bocinas porque no avanzan, bocinas porque, a pesar de estar en rojo, no lo pasan (?), bocinas por la bicicleta que no jode a nadie, pero es bicicleta, bocina porque maneja una mujer, bocina para llamar al que vende manguitos enchilados, bocina a todos menos a la Suburban, por las dudas que sea de un narco.

10:00 AM

Martillos, gritos, soldadura, más gritos, algo se cae… Están construyendo, o destruyendo, algo. Porque en esta ciudad siempre están tirando o levantando algún edificio. Siempre.

11:00 AM

«Se compran, colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas, o algo de fierro viejo que venda» grita y grita, la grabación incesante del chatarrero.

12:00 AM

Tirín, tirín, tirín, tirín, tirín se escucha desde lejos, se acerca a paso lento, con su aguda campana manual, el recolector de basura. Tirín, tirín, tirín, tirín…

1:00 PM

Choque, bah, más que choque es un toque, porque no hay espacio para agarrar velocidad en esta ciudad. Uno es un «pendejo» y el otro «está de la verga», cuestión que se quedan ahí, inmóviles ambos coches, no se esquinan ni se corren del tráfico, no, ahí se quedan hasta que viene el seguro. Hay gritos para rato.

2:00 PM

«¡Agua Epuraaaaaaaaaaaa!» grita el amigo que vende agua, Epura, en cada casa que pasa. Si tenés suerte y vivís en un condominio, te tocan varios gritos por pasada.

3:00 PM

«Pida sus ricos tamales oaxaqueños. Ya llegaron sus ricos y deliciosos tamales oaxaqueños. Acérquese y pida sus ricos tamales oaxaqueños. Hay tamales oaxaqueños, tamales calientitos», repite la grabación sin cesar del vendedor de aún no me queda claro que, pero creo que son tamales oaxaqueños.

4:00 PM

Sirena, de policía, ah, y de ambulancia. Uno, dos y… tres. Sí, en total pasaron tres. Un patrullero, una camioneta cargada de uniformados con sus uzis a la vista y atrás la ambulancia.

5:00 PM

«¡El gaaaaassssss!» camina a los gritos nuestro querido vendedor de garrafas y rellenador de tubos comunales. De la misma calaña que el del agua, pero con menos presupuesto.

6:00 PM

«¡Doña Tere!» le gritan a la encargada del edificio. Al parecer el timbre es muy mainstream. Y Doña Tere no sale, así que siguen gritando, porque total no jode a nadie.

7:00 PM

Bocinas, de nuevo, las mismas pero con menos paciencia porque ya quieren llegar a su casa. Hora pico de salida y avalancha de godines.

8:00 PM

Coche caro, ventanillas bajas, hijo de alguien, música a todo volumen, lentes oscuros, corte de pelo demasiado trabajado y brilloso, codo afuera. No le importa.

9:00 PM

Llegaron los vecinos del trabajo y se pusieron a lavar su coche. Son tres y escuchan música a todo volumen. Se destaca «El Ansioso» de Grupo Marrano.

10:00 PM

«¡Fuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!» agudo, tan agudo que hasta los perros salen corriendo. Pasa el vendedor de camotes y plátanos con lechera (aka leche condensada) y aprovecha el vapor de cocción para hacer sonar, cuando lo considera oportuno, un silbato integrado a su complejo vehículo-cocina. Se para en una esquina un rato, luego avanza, pero nunca detiene su silbido.

11:00 PM

Vuelve a pasar nuestro amigo de los tamales, porque al parecer las 11 de la noche es un horario donde la gente se antoja de las sobras del día. Ya se va apagando la ciudad…

12:00 AM

Pasa un grupito, otro, luego uno más. Van al OXXO a comprar alcohol, para la previa o porque se van a quedar en su casa chupando. Unos fresas, otros nacos, se distinguen por sus gritos y la agudez de las voces femeninas.

1:00 AM

Ya la ciudad está en calma, algún grito ocasional, una moto ruidosa o la vecina de al lado que necesita perforarse los tímpanos con el volumen del televisor para poder dormir.

Y así se va un día cualquiera en el Distrito Federal.

Que duerman rico.