Cómo tomar decisiones

¿Para qué quiero leer esto? Para aprender el método que utilizo (muy personal) para tomar decisiones.

No pretendo escribir sobre lo que ya se ha hablado cientas de veces, no quiero repetir los mismos conceptos de liderazgo, miedo al rechazo, análisis de alternativas y consecuencias, etcétera. De eso pueden encontrar mucha información dando vueltas por Internet y librerías. Yo les quiero hablar de mi método personal para para elegir la mejor decisión siempre, es infalible y muy fácil de aprender.

Es mi obligación aclarar que esto es parte de la categoría Desarrollo personal, no tiene relación con negocios ni emprendimientos, al menos directamente, pero va a ayudarles mucho a cumplir el quinto punto de mi artículo 5 pasos para generar buenas ideas.

El método que utilizo yo y siempre me da resultado es: Hacer lo que quieras. ¿Cómo? Si, eso, hacer lo que quieras. Probablemente en este momento estés pensando «Que tontería, gasté mi tiempo leyendo los dos párrafos anteriores…» pero te invito a quedarte y seguir leyendo.

Un concepto tan básico, conocido y obvio como hacer lo que quieras siempre. Algunos dirán que es imposible, otros que es lo que hacen todos los días, pero voy a intentar darles un análisis más profundo a esa frase: Hacer lo que quieras no significa que si querés ese auto te lo robes o si no tenés ganas de ir al cumpleaños de un amigo no vayas, porque en el primer caso vas a terminar preso y en el segundo tu amigo probablemente te quiera matar ¿Vos querés alguna de esas dos cosas?

Hacer lo que quieras significa que al tomar cualquier decisión y seas conciente de su consecuencia estés de acuerdo que es lo mejor para vos y te vas a sentir bien con haberlo hecho. Voy a dar un ejemplo para que quede bien claro:

Hoy no querés ir al gimnasio porque tenés que cambiarte, tomarte un colectivo y bañarte a la vuelta, pero te ponés a pensar y si te quedás en tu casa después te va a molestar no haber ido y haber perdido la rutina que venías cumpliendo. No tenés ganas ni de cambiarte, ni de viajar en colectivo y menos de bañarte cuando esta mañana ya lo hiciste pero menos querés sentirte mal por no haber ido. ¿Entonces qué es lo que realmente querés? Ir, está claro.

Estoy seguro que situaciones similares a esa vivieron todos en distintos rubros, desde tener que acompañar a tu pareja de compras hasta ayudarle a alguien con un trabajo. Son situaciones que por lo general no queremos hacerlas pero como la consecuencia es peor accedemos. Vamos ¿A quién le gusta que su novia esté presente mientra mirás un partido de fútbol y te diga «¿Por qué bailan así?» después de que le hicieron un gol en el último minuto a tu equipo? A nadie, pero tampoco le decís «Mi amor, andate a la esquina a ver si llueve» porque no querés que se enoje. Es mejor aguantarse el comentario, claro.

En realidad ni siquiera es necesario pensar en las consecuencias, uno mismo siente que es lo mejor: Cuando tenés que rendir y no estás estudiando, cuando deberías estar ayudando a tu amigo a mudarse y estás mirando televisión en tu casa, cuando estás jugando al FIFA y hace una semana que no actualizás tu blog. Todas son situaciones en las cuales uno siente que es lo correcto, en mi caso dejé la facultad dos veces porque siempre sentí que era mejor dedicarme a desarrollar en Internet que estudiar, mi blog lo actualizo seguido porque siento un malestar cuando pasa mucho tiempo sin postear nada nuevo y asi con todas las situaciones.

Claro que esto va a definir tu personalidad. Muchos se sienten terriblemente mal al rendir una materia en la facultad, a mi nunca me importó. Otros siempre siguen al pié de la letra lo que desean sus padres, algunos hacen todo lo contrario. ¿Cuál es la decisión correcta? La que quieras, la que sientas.

En estos momentos se me viene a la mente un cuento, vale la pena leerlo, que era algo asi (no lo recuerdo exactamente):

En una ciudad muy pequeña había un hombre que trabaja de portero en el único polideportivo del lugar, su padre tuvo ese puesto y su abuelo también. Un día la institución cambió de dueño y le comunicaron al portero que tenía que anotar en un formulario a los socios y no socios que entraban y salían cada día: nombre, horario y firma. El portero le dijo que era imposible, porque él no sabía leer ni escribir, a lo que le contestó que de esa forma no podía mantener el puesto y decidió despedirlo.

El portero no sabía hacer otra cosa que ser portero como su padre y abuelo, pero recordó que a veces en el club arreglaba algunas cosas asi que decidió comprarse con el dinero de la indemnización una caja de herramientas y trabajar haciendo arreglos menores a pedido. La ferretería más cercana estaba a 20 kilómetros, asi que se montó en su bicicleta y gastó todo su dinero en las herramientas.

Cuando volvió su vecino estaba llegando del trabajo y al saludarlo le preguntó de donde venía, el portero le contestó y le mostró su caja de herramientas. Al otro día el vecino le pidió prestado el martillo, al devolvérselo le pidió prestado el destornillador y al devolvérselo nuevamente el martillo hasta que le dijo «Disculpemé, pero necesito realmente las herramientas y por mi trabajo no tengo tiempo de ir hasta la ferretería del otro pueblo ¿Qué le parece si le compro la caja y le pago el viaje que realizó?». Al portero le pareció bien, ya que tiempo le sobraba y podía comprarse las herramientas nuevamente quedándose con algo de dinero.

Al volver del nuevo viaje otro vecino se enteró de lo que había sucedido y le ofreció lo mismo. El portero ya había ganado dinero para comprar cuatro cajas de herramientas asi que decidió hacerlo y venderlas en su pueblo. Para hacer corta la historia todos comenzaron a comprarle herramientas al portero ya que era más cómodo y barato que hacerlo en el otro pueblo. Luego decidió viajar periódicamente a otras localidades cercanas sin ferreterias ofreciendo las herramientas. Al cabo de un tiempo abrió su primer local y en unos años se transformó en un gran empresario vendiendo herramientas.

El ahora empresario decidió donar dinero para la construcción de un hospital, el alcalde organizó un acto al cual concurrieron vecinos y habitantes de otros pueblos. En el momento de formalizar al donación le acercaron una birome para firmar los papeles, la cual rechazó y dijo que no sabía leer ni escribir, era analfabeto. El silencio dominó la escena y el alcalde le dijo: Eres el empresario más poderoso de la zona, tienes locales en todos los pueblos y eres analfabeto ¡Es increible! ¡¿Qué hubieras logrado sabiendo leer y escribir?! A lo que el empresario contestó: Sería portero del polideportivo del pueblo.

¿Qué lograrías vos haciendo lo que tus padres quieren? ¿Lo que tus amigos te recomiendan? ¿Lo que tu novia prefiere? ¿Lo que la sociedad te impone? La mejor forma de tomar decisiones es hacer siempre lo que quieras, lo que sientas.

Personalmente me dió y me sigue dando mucho resultado utilizar esta técnica, asi lo que prefiera hacer no de los resultados deseados al menos se que fue mi decisión, buena o mala fue mia. Lo importante es sentirse bien, no hacer lo que deberías. Como suelo decir siempre:

Prefiero equivocarme por decisión propia que acertar por decisión ajena

No importa si te dió resultado o no, uno no puede siempre hacer bien las cosas. Errar es humano. Pero mientras estés tranquilo que lo hiciste porque querías y sentías asi, por decisión tuya, porque lo preferiste sobre otra cosa conscientemente entonces vas a estar tranquilo y conforme. Va a ser la decisión correcta porque va a ser la tuya.

Admito que es un artículo fuera de lo común, pero quería comunicarles en mi blog personal mi método para tomar decisiones. Escapa a si el resultado es productivo, correcto o efectivo en cuanto al problema en si, las cosas pueden salir bien o mal, pero vos te vas a sentir bien siempre.

Me despido con una frase que dijo Steve Jobs en una charla que dió frente a muchos estudiantes universitarios (gracias a Juan Pablo por recordármelo en los comentarios):

Si hoy fuese el último día de mi vida ¿Querría hacer lo que voy a hacer hoy? Y si la respuesta era NO durante muchos días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.

Nada más espero que les sirva, al menos para conocer otro punto de vista sobre el tema y quizás tenerlo en cuenta y aplicarlo. Espero haberlo explicado bien, sus opiniones me van a ayudar a redondearlo mejor.

Alejandro Sena

Alejandro Sena

Ciudad de México