El peligro de la cultura de la pasión

El peligro de la cultura de la pasión
Photo by Renan Brun / Unsplash

Les pedimos a los pibes que a los 17 años decidan una carrera universitaria. Algo de lo cual van a trabajar toda su vida, que les guste, que les apasione. Y ahí es donde empieza el problema.

Vivimos en una cultura que idealiza la pasión. Encontrar eso que te te encanta, te vuelve loco hacer, disfrutás, te da una razón para despertarte cada mañana y podés estar horas enfocado sin darte cuenta del paso del tiempo. Eso de lo cual nunca te cansás de hablar y todo lo que decís tiene una carga emocional detrás.

Pero que no sean videojuegos, eh.

Porque la pasión está bien, siempre y cuando tenga salida laboral clara, te empuje a ser exitoso. Y eso siempre viene acompañado de hacer guita. ¿Qué clase de éxito sería sin dinero?

Y ahí es cuando lo hacemos más complicado.

Porque demandamos todo esto antes de que esa persona tenga edad legal para tomar alcohol o votar. Y todos sabemos que el alcohol es la clave para encontrar tu pasión...

Volviendo a la seriedad que me caracteriza, exigimos como sociedad algo que quizás nunca se encuentre, porque hay tipos que se mueren sin saber qué les apasiona. U otros que lo encuentran a sus 40 años.

Les ponemos esta carga, esta urgencia desde chicos, porque si no tenés una pasión estás mal. "Tu amigo Pepito ya sabe lo que quiere hacer, estudiar y trabajar, y lo sabe desde que tiene 10 años". Que Pepito se vaya a la mierda, viejo.

Tenemos que dejar de poner en un pedestal a la pasión. Hay muchas otras formas de ser feliz, disfrutar, crecer, hacer guita y tener una buena vida sin dedicarle tu vida a lo que te apasiona. Y no está mal.

Porque así como estamos, cuando un pibe se va acercando a la edad donde tiene que decidir y no sabe qué carajo hacer con su vida, no encontró eso que lo vuelve loco mientras los que tiene alrededor sí, se siente un perdedor. Que su futuro está comprometido por su falta de pasión. Y mientras más se acerca la fecha de decidir es más jodido, porque hay más presión, porque los demás ya lo van resolviendo y él no. Y esa presión atenta contra el descubrimiento orgánico, tenés un deadline para saber lo que gusta, y si te pasás ya cagaste. Vas a estudiar algo que no te gusta, trabajar de algo que no te gusta y cuando el tren ya está en marcha es más difícil bajarte y subirte a otro.

Eso es lo que estamos generando con esta cultura de la pasión. Profesionales frustrados, pibes estresados, gente infeliz que ve pasar vidas que pudieron ser las suyas pero no, porque no encontró eso que hace la diferencia a tiempo.

Empecemos por ser más abiertos, porque tocar la guitarra, pintar o bailar también son pasiones válidas, no compliquemos todavía más el panorama con una pre selección de lo que sí te puede apasionar y lo que no.

Para cerrar, creo que la pasión es algo hermoso, por suerte yo la tengo desde chico (soy Pepito), pero no es la única manera. Dejemos de dar ese mensaje porque estamos afectando a mucha gente, y con eso generando que sea aún más difícil encontrarla por el exceso de presión social de hacerlo.

Basta de exigir pasión, seremos más felices.

Alejandro Sena

Alejandro Sena

Emprendedor digital